lunes, 28 de diciembre de 2009

La poción


Él sabia que era diferente, lo supo desde que llego a la adolescencia, mientras todos sus compañeros del colegio se reunían en cualquier calle del barrio a jugar un picadito de banquitas, él prefería quedarse en casa ayudando a su mamá con las labores de la casa en especial la cocina cuya magia de olores y vapores le producía cierto místico encanto.


Releía aquel libro viejo que se robo de la biblioteca del colegio donde un hechicero preparaba mágicas pociones con humos de todos los colores, el viejo libro se había desgastado en sus manos ya que nadie del colegio lo había mirado en años y se imaginaba allí en la cocina de su madre preparando pociones mágicas, que lo convirtieran en duende u ogro y de esa manera sentirse especial.


A pesar de los constantes reclamos de su padre y las burlas de sus compañeros, que de vez en cuando le llamaban maricón, sabia que era especial, sabia que eso le podía a ocurrir a él, el más común de los mortales, tantos libros y películas que había leído y visto en la vida no podían equivocarse.

Una noche en que sus padres se iban a un comida fuera de casa el se quedo solo, había sido victima de las humillaciones de sus compañeros, y ese día se sentía particularmente diferente a los demás, ni menos ni más, simplemente distinto, así que decidió buscar el viejo libro que había robado de la biblioteca y preparar una poción que le permitiera volar hasta el mundo mágico a donde con seguridad pertenecía.

Con la presteza de quien ha preparado mil veces la receta, arranco pelos al gato de la casa y plumas a las gallinas del solar, un poco de ceniza y a falta de aliento de dragón cambio este ingrediente por cebolla cabezona argumentando que no afectaría el sabor, cuando el vapor del primer hervor alcanzo el techo de la cocina lo dejo reposar al aire sereno de la noche por un par de horas, antes de beberlo hasta el fondo y sin dudarlo un segundo.

Su cuerpo se estremeció cuando la mágica poción descendió por su garganta, tenía un sabor desagradable, a grasa, perfume y detergente, para cuando llegó al estomago, él convulsionaba en el suelo mientras destellantes luces de colores le cegaban los ojos, sentía un dolor inmenso salir de su vientre hacia todo su cuerpo que poco a poco se iba paralizando hasta quedar totalmente inconsciente.

(…)

Cuando despertó, se sintió diferente, no como se había sentido siempre, esta vez era real, sus brazos eran enormes y la piel de su rostro había perdido esos ligeros defectos de la adolescencia, era mas alto, mas fornido y el lugar donde estaba era un bello jardín cubierto de flores de mil colores, aunque el sol brillaba con fuerza un suave rocío cubría las plantas mientras un aire fresco le agitaba el ondulado cabello.

Recorrió el lugar, mientras pensaba para si, que la poción había resultado efectiva, que era el poderoso hechicero con quien siempre había soñado, y en su viaje descubrió coros de ranas, cascadas de miel y oro, arboles mágicos que conceden deseos y mil maravillas más. Tras varias horas de caminar deslumbrado por aquel mágico lugar diviso una silueta humana.

Era un hombre desnudo que se bañaba en un lago rodeado de piedras redondeadas, lo veía de espaldas, unas espaldas anchas y una cintura firme, con unos brazos torneados y músculos firmes, el conjunto en si era bello y él se siguió acercando a contemplar este ser que le generaba una magnética atracción, el hombre volteo a verlo y con una sonrisa que hizo parecer gris al radiante día lo invito a unirse a su baño.

El rostro de aquel hombre le pareció familiar pero sumamente atrayente, y pese a los temores y la discriminación de sus compañeros, sabia que en aquel lugar todo era perfecto, se acerco al hombre y descubrió que podía caminar sobre las aguas, se sentía atraído por esa sonrisa que paso a paso lo unió con aquel desconocido en un poderoso beso, que lo dejo sin aliento y muy pronto sin sentido a causa del placer.

(…)

- “Su hijo se ha intoxicado, no es nada grave, que se tome estas pastillas hasta que se sienta mejor, es posible que incluso hasta haya tenido alucinaciones”, fue la prescripción del medico.

Para todos fue una simple intoxicación por andar experimentando en la cocina, pero para él la visita al mundo mágico donde se despertó su sexualidad era bastante real, ahora sabia por que era diferente.

2 comentarios:

Monchis dijo...

As+i hubiera querido yo salir del clóset.

Salutos,

ARJUNA dijo...

El camino hacia el yo interior es muy interesante, extraño a veces..................

Como siempre lleno de magia y
misticismo, hermoso de principio a fin.

Un abrazo inmenso mi señor R.