jueves, 27 de agosto de 2009

El negro Jesús María

Tres años, tres meses, tres días y tres horas le llevo al negro Jesús María alcanzar la cima de la Sierra Nevada, y no es que fuera tan largo el camino como el hecho de que cumpliendo con los designios de Cia Petra, la pitonisa más vieja de todo el pueblo de Ciénaga, debía recorrer el camino que desde su pueblo lleva hasta la cima de la sierra nevada.

Cia Petra había advertido al negro Jesús María que el camino del amor era tortuoso y que requería ponerse a prueba, puesto que no había que confundir el amor verdadero ese que emana de dios y que da razón a la vida de los hombres, con la pasión de la carne, esa que se muestra en la tentación y destruye el espíritu.

En la cima de la Sierra Nevada encontraría el negro Jesús María la respuesta de un amor emanado por dios y condenado por los hombres, pero Cia Petra le había advertido que dicho viaje debía realizarse en absoluto silencio, no podría hablar, ni producir sonido alguno que fuera mayor al zumbido de un insecto, tampoco podría ver a ningún ser humano durante el viaje si esto ocurriera por accidente el negro Jesús María debía desandar dos días de su camino.

Fue harto difícil cruzar la gran ciudad de Santa Marta puesto que en las ciudades vive mucha gente, el negro Jesús María veía a tantas personas que desando sus pasos hasta llegar de nuevo al pueblo de Ciénaga, así el negro comprendió que viajando de noche el riesgo de encontrarse con alguien más se reducía pero aun asi fue imposible cruzar la gran ciudad que estaba en el camino entre el pueblo de Ciénaga y la cima de la Sierra Nevada.

El negro Jesús María lloro desconsolado por que su misión no era posible de realizar, lloro tantos días por no poder recuperar ese amor perdido, por ser incapaz de cumplir los designios de Cia Petra y no llegar a la Cima de Sierra Nevada. Y después de tanto llorar sus ojos se secaron y no podía abrirlos porque la arena de las playas le ardía terriblemente, el negro Jesús María había quedado temporalmente ciego hasta que la vida le devolviera todas las lágrimas que había derramado.

Al fin pudo cruzar el negro la Ciudad de Santa Marta y recorrer el camino del literal y adentrarse en la montaña que pronto se cubre de selva, ciego y mudo el negro enfrentó los peligros del mundo salvaje, y cuando presentía la cercanía de un ser humano apretaba sus ojos, los cerraba tan fuerte que en ocasiones le costaba mucho trabajo volverlos a abrir.

Un día en su viaje mientras el negro Jesús María enjuagaba sus secos ojos en uno de los arroyos que desciende por la Sierra Nevada logro ver una serpiente que se acercaba lentamente, habiendo considerado al negro su presa lo acechaba cual hambriento depredador, el negro quiso gritar pero recordó que no debía hacerlo so pena de perder su travesía, de esta manera y muy lentamente el negro empezó a retroceder mientras el cauteloso reptil avanzaba con el mismo ritmo constante con que el negro retrocedía.

Y el negro Jesús María camino cautelosamente hacia atrás sin hacer ruido alguno y la serpiente se arrastro cautelosamente hacia delante siseando y quebrando hojas secas a su paso, y así duraron siete días con sus noches, hasta que en el camino pasaron un nido abandonado con dos pequeños huevos en su interior y la serpiente se entretuvo con una presa mas estática y menos silenciosa.

Durante el camino hacia atrás el negro perdió su ruta original, el camino que subía directo a la cima de la Sierra Nevada, y aunque sabía que debía subir no se atrevía a devolverse al camino inicial para no encontrarse de nuevo con la serpiente de quien había huido de forma tan sabia, el negro entro en el monte, había aprendido a ser tan silencioso que hasta las diminutas hormigas les resultaba difícil percatar su presencia, había aprendido a permanecer inmóvil durante horas e incluso días para confundir a cualquier animal salvaje que se cruzase en el camino.

Así el negro se abrió paso por la selva hasta los helados filos que lo separaban de la cima de la Sierra Nevada, la mala alimentación y el frio de la montaña afectaron la salud del negro Jesús María, quien en su empeño de alcanzar su meta seguía ascendiendo, escalando con sus negras manos cubiertas de sangre, a veces la fatiga y la fiebre le obligaban a descansar por algunos días y aunque su salud no mejoraba, recuperaba las fuerzas y seguía ascendiendo su camino.

Tres años, tres meses, tres días y tres horas tardo el negro Jesús María en alcanzar la cima de la Sierra Nevada, llego medio muerto, con la piel ampollada por el sol y las mordidas de los insectos y la lengua entumida de no hablar, cuando llego a la cima no encontró nada, salvo el viento helado de las cumbres y la fantástica vista del océano que parecía nacer de la montaña.

El negro Jesús María sin fuerzas para devolverse al pueblo de Ciénaga cargando con el fracaso de su misión se arrojó de bruces a morir en la cima que tanto le había costado alcanzar maldiciendo el haber obedecido los presagios de Cia Petra, pocos segundos antes de desmayarse el negro creyó imaginar la sombra de su amado acercándose a verle morir…

El negro Jesús María abrió los ojos y descubrió una habitación pintada de blanco, acostado en una cama y con una bolsa de suero conectado a su brazo vio al fondo al gringo John Steven, el mismo gringo que una mañana había llegado como turista al pueblo de Ciénaga y había pedido al negro Jesús María que lo llevara a dar una vuelta por los manglares en su canoa.

El negro Jesús María se había enamorado profundamente de John Steven y cuando el gringo se fue del pueblo de Ciénaga el negro corrió a donde Cia Petra a pedirle un conjuro o un ritual que trajera de nuevo al gringo a sus brazos.

Cuenta Cia Petra que tres años, tres meses, tres días y cuatro horas más tarde de ese paseo en canoa, el gringo John Steven estando de vacaciones en la Sierra Nevada encontró al negro Jesús María casi muerto en la cima, lo rescató y lo llevo a un hospital de la ciudad de Santa Marta para que se recuperara, cuando el negro despertó le conto que todo lo había hecho por volverlo a tener cerca y así el viaje de tres años, tres meses y tres días del negro había hallado su destino.

El gringo John Steven enamorado del Caribe y del negro Jesús María se quedo a vivir para siempre en el pueblo de Ciénaga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por sugerencia de Joey (FRANJA ROSA), llegue a tu pagina y francamente debo decir que mas que encantado he quedado conmocionado. La historia del negro Jesus maria es preciososa, tiene ese encanto de los relatos contados por nuestras abuelas.

volvere a visitarte.