jueves, 3 de septiembre de 2009

Ganimedes


Ganimedes y Narciso eran quizás los dos jóvenes más bellos sobre la tierra, sus cuerpos labrados por manos del mismísimo Prometeo, resumían en sí mismos la maestría artesana de los dioses, Zeus complacido observaba a estos jóvenes mortales que corrían alegremente por los campos, cabalgaban sobre las colinas o simplemente reposaban bajo el estrellado manto de Urano.

Zeus había concentrado su atención en Ganimedes, en su melena negra desordenada y sus ojos de mirar profundo, le atraía su rostro que estaba empezando a poblarse de una barba adolescente, y su piel que se percibía tersa al tacto. Pero el dios de dioses se veía limitado por una fuerza superior a su poder: Ganimedes estaba enamorado de Narciso.

Ganimedes amaba profundamente a Narciso, cada aspecto de su vida giraba en torno a su amor, todo lo que hacía, todo lo que pensaba, todo lo que decía era a complacer a Narciso, pero Narciso era indiferente con Ganimedes, Narciso solo era capaz de amarse a sí mismo.

Zeus consultó a Atenea, la más sabia de los dioses del Olimpo, Atenea le explico que la fuerza del amor emana de la esencia misma de la vida y que romper la fuerza del amor es romper la vida, Zeus no puede obligara a Ganimedes que lo ame, ese poder no está al alcance de los dioses.

Sin embargo existía una solución, la última flecha de Cupido, logra que un ser se enamore de otro, pero este es un amor pasajero, y la flecha resulta inútil si el objetivo ya está enamorado de alguien más, Zeus arrogante cual dios de dioses, caprichoso cual rey de reyes e incapaz de amar pero no incapaz de odiar, colocó una flecha envenenada en el camino de Narciso para matarlo y así acabar con el enamoramiento de Ganimedes y colocó la ultima flecha de Cupido en el camino de Ganimedes.

La celosa Era, esposa de Zeus, quien silenciosa había observado la estratagema de su esposo, espero a que este dejara las flechas y las intercambio de lugar, con el objeto de matar a Ganimedes.

Cuando Narciso cruzo el camino y fue punzado por la última flecha de Cupido, volteo a mirar y vio a Ganimedes siguiéndolo, pero la última flecha de Cupido se habia desperdiciado; Narciso ya se amaba demasiado a sí mismo y el efecto de la flecha es inútil ante el verdadero amor. Así que Narciso sospecho que la flecha era una trampa de Ganimedes y se devolvió para pedirle que lo dejara y no lo siguiera nunca más, de esta manera Ganimedes no cruzó el camino con la flecha envenenada.

Ganimedes se devolvió llorando hasta el oráculo de la diosa Atenea para pedir consejo y ayuda, y la diosa conmovida le hablo con la verdad, le conto los planes de Zeus y los reveses de Era, y de esta manera en la tierra había una flecha envenenada y que dioses y humanos habían conspirado ante la nobleza del sentimiento del joven Ganimedes.

Ganimedes regreso hasta donde estaba la flecha envenenada, la tomo dispuesto a usarla sobre sí mismo y acabar con el dolor que produce la traición y el desamor, pero Zeus lo detuvo, se acerco a él lentamente y aunque Ganimedes no sentía atracción por el más poderoso de los dioses, se entrego a éste por calmar el dolor del desprecio de Narciso.

Zeus tomo a Ganimedes y luego lo dejó y además arrojo la flecha envenenada al fondo de un lago cercano, el dolor de la venganza y de haberse equivocado mas por dolor que por amor, atormentaba a Ganimedes, quien desesperado perseguía a narciso aun con más intensidad, pidiéndole perdón y diciéndole que la flecha ya estaba en el fondo del lago.

Narciso, molesto por el acoso de Ganimedes se dirigió al lago a recoger a flecha envenenada y vio su rostro reflejado en el agua, su rostro le pareció tan bello que se quedo extasiado contemplándose, cuando trato de abrazar su propio reflejo, Narciso cayó al agua y se ahogo en el lago.

Ganimedes que lo seguía de cerca se arrojó al lago a morir al lado de su amado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

HERMOSO COMO TODO LO QUE ESCRIBES, GENIAL.

Unknown dijo...

Muy interesante....y que amor tan ciego el de Ganimedes!!!... Se podría decir que verdadero???

En fin, pero me gustó!!

Un abrazo....

/ dijo...

Vos tampoco te quedás atrás a la hora de matar! jajajaja!!

Un amor de leyenda, y como todo amor de leyenda, bellísimo!

Muchas gracias por el comentario.

BESOTES Y BUEN FINDE!